Se echa el éxito a la bolsa (empresario marroquinero)

Mural.com
6 de septiembre de 2007,
Dubraska Romero

  • Reconvierte empresario su compañía marroquinera ante dificultades del mercado.
Guadalajara, México .- A la industria mexicana de la marroquinería le queda ya sólo el 1 por ciento del mercado, cuando todavía hace cinco años su participación era del 15 por ciento.

De hecho, en Jalisco existen ya sólo una decena de empresas dedicadas a la fabricación marroquinera, que generan unos 60 empleos, en comparación con las 110 que operaban hace cinco años y a sus mil empleos.

Resto.Por ello, los productores de bolsos, cinturones y otros artículos han tenido que buscar alternativas para no desaparecer, encontrando una opción en la reparación de pieles, o fabricación de productos con sintéticos de calidad o pieles exóticas.

Eduardo Huber, ex Presidente de la Cámara de la Industria del Calzado de Jalisco, es uno de ellos. Durante 15 años generó 50 empleos en su fabrica de bolsas Egopel, pero a comienzos de año debió cerrarla. Él encontró en la fabricación de piezas con piel de cocodrilo un nuevo mercado.

Así, con siete artesanos especializados nació en mayo pasado Cocolé, una firma que vende bolsas hechas en piel de cocodrilo y broches de plata, a partir de 38 mil pesos, hasta cinturones en 8 mil pesos.

«A pesar de la crisis en el sector, sí hay alternativas. En mi caso debí hasta comprometer mi patrimonio personal y, afortunadamente, vamos bien encaminados. Ya tenemos presencia en tiendas como Palacio del Hierro en la Ciudad de México», contó.

El marroquinero tiene una alianza con la granja de cocodrilos Cocomex, ubicada en Culiacán, que según él le permite tener una ventaja competitiva de aproximadamente un 30 por ciento sobre precios internacionales.

«Las oportunidades en este nicho de mercado son muy grandes por los precios tan elevados en que se comercializan. Un bolso que cuesta entre 5 y 7 mil dólares, nosotros lo vendemos con la misma calidad y con un 30 por ciento menos en el precio».

Actualmente, ya exportan, aunque en pequeñas cantidades, a Japón e Italia, y están iniciando operaciones en Rusia.

Huber afirma que los productos que fabrica cumplen todos con las normas internacionales, la Convención Internacional para el Comercio de Especies en Riesgo de Extinción, y que por cada animal que se sacrifica se regresa a su hábitat natural otro para repoblar.

Además, el empresario presume que logró que lo aceptaran en las ferias de GLS, en Alemania, y Mipel, en Milán, para lo que debió enviar con seis meses de anticipación catálogos de productos y referencias comerciales para saber si cumplía con el perfil de los expositores.

También participará este mes en la Feria de la Piel en Madrid que también se especializa en calzado y marroquinería.

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